La vida de mi marido es, por decirlo en una palabra suave, muy interesante. Tuvo la inmensa suerte (y la supo aprovechar) de nacer en una época y en un país en donde estudiaban en los mismos colegios los chiquitos bien, los no tan bien y los más sencillos porque la educación era pública y gratuita. Los profesores eran de primer nivel y orgullosos de enseñar y entre sus compañeros estuvo un Vice Presidente de la República, magistrados, profesionales de lo que se les pueda ocurrir.
Edgar es hijo de un Constructor como dirían en Estados Unidos pero en los medios nuestros se llama Maestro de Obras. Muy bueno por cierto y requerido por personas adineradas para hacer sus casas las que están perfectas hasta el día de hoy. Mi suegra era una dueña de casa preocupada de sus hijos y de proporcionarles la mejor educación que se pudiera y de ella heredó el gusto por la buena literatura y la declamación.
Digo que su vida ha sido muy interesante porque comenzó como obrero de la construcción a los 16 años; se fue de su casa en los albores de los 17 y, trabajando de día y estudiando de noche se recibió con honores en Ciencias Económicas. Costeó su tesis trabajando en la Zona Bananera en el sur del país (Mamita Yunai, de Carlos Luis Fallas), como carpintero en el Instituto Nacional de Seguros para después dar más de una conferencia detrás de alguna mesa hecha por él y todo esto ya siendo profesional. Participó en la Guerra Civil de 1948 de parte del gobierno constitucional quien perdió así que luego fue preso de conciencia. Se ganó una beca de Naciones Unidas y se fue a Chile para después ser profesor universitario y comenzar una vida itinerante como funcionario internacional en la OEA y la Oficina para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas.
Costa Rica, entre sus muchas peculiaridades, su gente se enorgullece de ser lo que fueron. No juegan a mentirse con haber tenido rango nobiliario o apellidos de importancia sino más bien lucir su progreso a base de inteligencia y esfuerzo.
Para un 15 de septiembre y estando en Roma fueron a celebrar su independencia en la Embajada con otro tico compañero de trabajo. Uno de los invitados le preguntó por su apellido, por el segundo apellido y como no le sonaba a nada comenzó a nombrarle a los hijos de sus conocidos para saber con cual era amigo pero siempre la respuesta fue negativa. Por último le dice ¿y de cuales Campos es usted? a lo que mi marido, ya cansado y molesto con el interrogatorio le responde ' A los del charral señor'.
Edgar es hijo de un Constructor como dirían en Estados Unidos pero en los medios nuestros se llama Maestro de Obras. Muy bueno por cierto y requerido por personas adineradas para hacer sus casas las que están perfectas hasta el día de hoy. Mi suegra era una dueña de casa preocupada de sus hijos y de proporcionarles la mejor educación que se pudiera y de ella heredó el gusto por la buena literatura y la declamación.
Digo que su vida ha sido muy interesante porque comenzó como obrero de la construcción a los 16 años; se fue de su casa en los albores de los 17 y, trabajando de día y estudiando de noche se recibió con honores en Ciencias Económicas. Costeó su tesis trabajando en la Zona Bananera en el sur del país (Mamita Yunai, de Carlos Luis Fallas), como carpintero en el Instituto Nacional de Seguros para después dar más de una conferencia detrás de alguna mesa hecha por él y todo esto ya siendo profesional. Participó en la Guerra Civil de 1948 de parte del gobierno constitucional quien perdió así que luego fue preso de conciencia. Se ganó una beca de Naciones Unidas y se fue a Chile para después ser profesor universitario y comenzar una vida itinerante como funcionario internacional en la OEA y la Oficina para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas.
Costa Rica, entre sus muchas peculiaridades, su gente se enorgullece de ser lo que fueron. No juegan a mentirse con haber tenido rango nobiliario o apellidos de importancia sino más bien lucir su progreso a base de inteligencia y esfuerzo.
Para un 15 de septiembre y estando en Roma fueron a celebrar su independencia en la Embajada con otro tico compañero de trabajo. Uno de los invitados le preguntó por su apellido, por el segundo apellido y como no le sonaba a nada comenzó a nombrarle a los hijos de sus conocidos para saber con cual era amigo pero siempre la respuesta fue negativa. Por último le dice ¿y de cuales Campos es usted? a lo que mi marido, ya cansado y molesto con el interrogatorio le responde ' A los del charral señor'.