sábado, 24 de abril de 2010

Se dice en Tiquicia....

Los ticos tienen cosas realmente simpáticas y entre ellas están los dichos.

Cuando no se han decidido si harán o no alguna cosa siempre hay alguien que los anima con un "Todo tiro para adelante es tiro"

Cuando uno quedó con el estómago pegado a la columna del susto  dicen "se me murieron las amebas"

'Tornillo de doble rosca" deja claro que la persona es bisexual

Si se fracasa en el estudio o le va mal en un exámen se explica con un "lo dejaron sembrado"

"Se jaló torta" es la expresión ante un embarazo no planificado  


En la medida que recuerde otros los iré compartiendo con ustedes

sábado, 3 de abril de 2010

Contra 7 caprichos hay 7 trampas


Mi sobrino José Daniel, de 3 años, está en la edad de las reafirmaciones y entre ellas destaca la que solo quiere comer pollo acompañado de lo típico en Costa Rica (arroz, frijoles negros o rojos, platanos fritos y ensalada pero él no la come 'hasta que sea grande')  Para lograr alimentarlo con carne de cerdo o de vacuno le dicen que es 'pollo de cuatro patas' y ahí no hay problemas.  


Así para con mi marido.

En casa se toman solo refrescos naturales y materia prima hay en profusión tal como limón, mora, guanábana, cas, pitahaya que tiene un color maravilloso, mango, tamarindo, papaya, etc y una sub variedad que son algunas frutas licuadas en leche.  Edgar siempre objeta que no están lo suficientemente dulce o con bastante fruta pero de su nuera aprendí a usar en contadas ocasiones refrescos de sobre, compro el de guanábana que se disuelve en menos agua de la indicada por el fabricante y sabe muy rica.

Ahora él está contento de tomar su refresco con todo el sabor y nunca ha sospechado que lo produce un árbol de papel o de acero inoxidable. 



Días de pago en las bananeras

"Puta Vieja" obra de Oscar Hugo Gómez

Entre las muchas cosas interesantes que mi marido ha hecho en su vida fue trabajar en la Zona Bananera en el sur de Costa Rica en la época dorada del banano y la Standard Fruit Company (Mamita Yunai según el libro de Carlos Luis Fallas).




A mediados de los años 50 Edgar trabajaba como obrero de la constucción, ya había terminado la carrera de Economía en la Universidad de Costa Rica y requería mucho dinero para trabajar en la tesis para poder recibir su título profesional; por esta razón se fue al sur en donde su suegro era el administrador del comisariato en una oficina babanera, cerca de lo que después se llamó Ciudad Neily y en ese tiempo no era más que un villorrio.

El tiempo transcurría siempre muy ocupado porque en los días de semana cortaba madera con el Negro Federico, atendía el comisariato con su suegro y cuñado y en los ratos de descanso se entretenía en ver los vagones del ferrocarril ya fuera con banano o con desechos de las zonas que se estaban limpiando para aumentar las plantaciones.  Había unos carros de acero todos golpeados y deformados porque allí se acomodaban las rocas que se cambiarían de lugar y tienen el nombre de balastrera.

Los días de pago llegaban prostitutas de todos lados y países, en avión, barco, a pie, en mula o como fuera porque eran tres días de fiesta, tragos, relax, relajo, peleas, heridos pero sobre todo de amor al instante.  Entre las prostitutas había una ya muy vieja, toda destramada y remendada y era conocida como Rosita la Balastrera.  

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