Leí una nota en el blog de AleMamá y recordé una anécdota que le ocurrió a Edgar cuando vivía en Italia.
En esas calles angostas, llenas de autos estacionados la mayoría y el resto circulando, peatones y turistas nunca muy cumplidos en países ajenos, todo el mundo en su quehacer y el corre-corre habitual pasa una stationwagon llena de monjas a mayor velocidad de la esperada y dobla contra el tránsito, a la izquierda. Un italiano con mucha gracia y después de dar un salto para no ser atropellado les grita:
_Hermana, recuerde, el clero por la derecha.
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