Cuando Edgar trabajaba con la SIECA (Secretaría de Integración Económica Centroamericana)
El departamento al que pertenecía buscaba desarrollar a los países centroamericanos de acuerdo a lo que cada uno necesitara, así que andaban de un lugar a otro con un grupo de expertos interdisciplinarios entre los que abundaban los economistas y uno que otro sociólogo como el brasileño Clodomir Santos de Morais, persona muy agradable, ameno y muy sencillo.
Era mediados de los años 60 y en ese tiempo abundaban las dictaduras militares en esta zona y en otras también y Honduras no era ajena a ello. El presidente era un militar, los ministros otros, juntas de gobierno y desgobierno también y en todas las reparticiones públicas abundaban las gorras, uniformes y medallas. Los militares querían deshacerse de los cinturones de miseria que se habían formado por la migración de los campesinos a las ciudades y para ello propiciban llevarlos a una zona infestada de paludismo, malas tierras y miseria por doquier para que criaran chanchos, a lo que tanto campesinos como planificadores se oponían por razones obvias pero no era posible razonar con la cúpula militar.
Un día, antes de una reunión con los militares, Clodomir le pidió a Jerson Gómez les hablara unos 20 a 25 minutos así como hablan los economistas cuando se quieren dar importancia, todo enredado y con una terminología que solo los avezados entendieran ante lo cual los milicos se quedaron literalmente como buey delante del piano, se miraban unos a otros y nadie tomaba la palabra para preguntar o para seguir. Ante tanto desconcierto Clodomir toma la palabra, hace su arenga y entonces uno de le dice: _entonces ¿los campesinos se van a las tierras que les ofrecemos? _Claro que si les dice Clodomir. Ahí los que cuadraron los ojos fueron todos los otros asistentes a la reunión. _Los campesinos se van donde les den tierra y trabajo. Los que no se irán son los chanchos.Ahí terminó el famoso proyecto.
En otra oportunidad venían de una salida a terreno hacia Ciudad de Guatemala y en eso ven a un campesino parado a a orilla del camino mirando el atardecer. Rudy Venegas se queda viéndolo y dice 'Pensar que si el plan de desarrollo que estamos diseñando pasa, este señor nunca más tendrá tiempo para la sana contemplación'